martes, enero 24, 2006

Emily Dickinson: siutico o inspirador?



NO ERA LA MUERTE, PUES YO ESTABA DE PIE...

No era la Muerte, pues yo estaba de pie
Y todos los muertos están acostados,
No era de noche, pues todas las campanas
Agitaban sus badajos a mediodía.

No había helada, pues en mi piel
Sentí sirocos reptar,
Ni había fuego, pues mis pies de mármol
Podían helar un santuario.

Y, sin embargo, se parecían a todas
Las figuras que yo había visto
Ordenadas para un entierro
Que rememoraba como el mío.

Como si mi vida fuera recortada
Y calzada en un marco
Y no pudiera respirar sin una llave
Y era como si fuera medianoche

Cuando todo lo que late se detiene
Y el espacio mira a su alrededor
La espeluznante helada, primer otoño que llora,
Repele la apaleada tierra.

Pero todo como el caos,
Interminable, insolente,
Sin esperanza, sin mástil
Ni siquiera un informe de la tierra
Para justificar la desesperación.

jueves, enero 19, 2006

Horacio



Dichoso aquél que lejos de los negocios
como las antiguas generaciones de hombres,
cultiva los campos paternos con sus bueyes,
libre de todo interés
y no es despertado, como soldado, por el clarín cruel
ni se atemoriza del embravecido mar;
y evita el foro y los soberbios umbrales
de los ciudadanos más poderosos.
Así pues bien casa la vid adulta
a los crecidos chopos,
o bien en el recogido valle
contempla los errantes rebaños.

miércoles, enero 11, 2006

las mujeres



maldicion
todo por escribir
de minas malditas

quien saben lo que quiere si cambian como este viento, estas nubes o estas lluvias?

por lo menos nuestra brutalidad es perfectamente conocible
publica, ESPERABLE
calentura
a la vista de todos

toda esa mentirosa
necesidad de afecto maldito
sujeto a la terrible
manipulacion
de loa carne
y la carne-grasa
y los gritos
y los zerg

mierda

rabia


RAGE
RAGE