jueves, octubre 20, 2005


Oh ¡urbes del Eufrates!, ¡Oh, calles de Palmira!
¡Oh, bosques de columnas sobre el llanto
desierto!, ¿Que sois?. De vuestras coronas,
al haber traspasado los límites de aquellos
que respiran, por el humo de los dioses y su fuego
fuisteis despojadas ¡pero sentado ahora bajo
nubes (cada cual reposando en su propia
quietud), bajo robles hospitalarios, en la umbria
donde perecen los corzos, extrañas se me hacen
y mueren las almas venturosas
(versión de Nicolás Suscún)

1 Comments:

Blogger Santiago Illapa said...

Grata sorpresa leerte. Volveré a menudo.

He leido a Cioran. De todas formas, lo retomaré, debo tener algún libro suyo por ahí.

4:01 a. m.  

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